ChatGPT está en boca de todos y parece que Google ha sentido la presión, desde que Microsoft adquirió la plataforma de chat de IA. Por ello han anunciado su competidor directo: Google Bard. Pero el anuncio no ha salido todo lo bien que hubieran querido…


¿Un anuncio precipitado?

En ISID empleamos y desarrollamos tecnologías de IA para nuestras diferentes soluciones y, de hecho, estamos viendo las posibilidades de integrar ChatGPT en algunos de nuestros productos, para mejorar y diversificar la documentación automática que realizan nuestros módulos de análisis de vídeo mediante IA.

Por ello conocemos la dificultad que tiene elegir el momento adecuado, para presentar el producto adecuado en el mercado. Y parece que Google ha tropezado justo en esa piedra hace apenas 10 días.

El 23 de enero Microsoft anunció una tercera ronda de inversiones en OpenAI, los creadores de ChatGPT (entre otros) en los que llevan invirtiendo varios años. En esta ocasión, Microsoft se compromete a varios miles de millones de dólares de inversión, a lo largo de los próximos años, para avanzar el desarrollo de las tecnologías de IA (y que estas se puedan aprovechar después en sus productos).

Para el martes 7 de febrero Microsoft tenía anunciado un evento relacionado con esto y Google se adelantó, anunciando el lunes 6 de febrero, la existencia de Google Bard, el chat de IA de Google. Fue el propio Sundar Pichai, CEO de Google, el que realizó el anuncio.

Sin embargo, diversos errores, meteduras de pata (un empleado se olvidó el teléfono necesario para la demo) y enlaces equivocados a Bard, terminaron por generar una oleada de descontento entre los propios empleados de Google, que le escribieron a Sundar, indicándole que “volviera a sus estrategias de largo plazo” y que “la presentación de Bard fue una chapuza precipitada”.

Llover sobre mojado

Sundar Pichai no está en sus mejores momentos de prestigio en la compañía, después de despedir a más de 12.000 empleados (un 6% del total) hace tan sólo un mes porque, según sus propias palabras, “Google ha estado contratando para una economía que ya no existe.”. El trasfondo de esta historia está en que las acciones de Google han caído más de un 10% en sólo una semana, debido a las preocupaciones de la amenaza que puede suponer la integración de ChatGPT en Bing, el buscador de Microsoft. Esto, posiblemente, fue el disparador que movió a Google a realizar un anuncio precipitado de un producto que aún no está listo, ni en condiciones de competir todavía con OpenAI.

Está claro que la guerra de predominio entre las herramientas de IA ha comenzado ya hace unos meses. Múltiples fabricantes intentan llegar los primeros para conseguir la mayor parte del pastel del mercado de IA, que es considerable. Según Grand View Research, en 2022 el mercado de tecnologías de IA fue de 136.550 millones de dólares, con un crecimiento del 37,3% hasta 2030. Los financieros de Google y Microsoft se deben estar frotando las manos sólo de pensar en los pingües beneficios que podrían conseguir en la próxima década, y están esforzándose al máximo en conseguir reservar todo lo posible de ese mercado para ellos.


¿Qué diferencias hay entre ChatGPT y Google Bard?

Sin embargo, a día de hoy, hay numerosas diferencias entre ChatGPT y Google Bard, que inclinan la balanza (al menos por el momento) hacia Google Bard. Ambos emplean NLP (Natural Language Processing) y modelos de Machine Learning para sus sistemas de chat. Pero aquí se acaban las similitudes.

  • ChatGPT emplea datos que se recogieron hasta 2021, mientas que Google Bard tiene la capacidad de integrar datos actuales (probablemente obtenidos del buscador) en sus respuestas.
  • ChatGPT está basado en el modelo de lenguaje GPT (Generative Pre-trained Transformer) mientras que Google se ha decantado por LaMDA, un modelo propio.
  • ChatGPT incluye un detector de plagio para evitar que casualmente se generen textos que ya ha escrito alguien antes. Google Bard carece de él.
  • ChatGPT está disponible para probar tanto en su versión gratuita, como en versión de pago. Google Bard sólo está limitado a Beta Testers en este momento y no hay roadmap público hasta el momento.
  • Las tecnologías de OpenAI no sólo acabarán en productos de Microsoft, mientras que Google Bard está orientado exclusivamente a mejorar los productos de la empresa de Mountain View.

¿Quién ganará la carrera?

Pues, citando al célebre maestro Yoda: “Házlo, o no lo hagas, pero no lo intentes…”. En otras palabras, cualquiera que se comprometa con las tecnologías de IA, ha de ser consecuente y aguantar hasta el final, aunque sea la parte que termine perdiendo, o quedándose con un nicho del mercado. Esto no es comparable a las iniciativas de Google Glass u otros productos de Microsoft o Google que se han ido quedando por el camino. La IA es un futuro inescapable, sencillamente por las enormes ventajas que ofrece, si se aplica correctamente.

Con este mercado, como con todos los demás de gran crecimiento en el pasado, ocurrirá lo de siempre: al principio habrá decenas o cientos de players, algunos intentando quedarse con más y otros con menos y, al cabo de unos años, muchos abandonarán o serán absorbidos por los más fuertes. Al final habrá media docena de herramientas, de las que 2 o 3 serán las que use la mayoría y el resto tendrán sus usos específicos.

Sin embargo sigo echando de menos algo en esta ecuación: hemos hablado de Microsoft y Google. ¿Pero qué se está cociendo en Amazon y Apple? O, si nos vamos al otro lado del globo…¿y qué pasa con Alibaba?